jueves, 31 de mayo de 2007

Shakespeare - Hamlet o la Santificacion

 

La esclarecedora y atinada nota redactada y "subida" por el Tostador hace unos días (Respecto la firma y el arte tradicional), nos llevó a reflexionar acerca del arte. Aquel que trasciende lo estético, y transmite, hasta inconscientemente, más de lo que los sentidos captan a primer encuentro.


"El arte sagrado es como una piedra lanzada en el agua. Sus ondas en constante expansión ilustran las repercusiones ilimitadas que recibe, o puede recibir,  el alma con su impacto, cargado como está de varios significados en diferentes niveles."(Martin Lings). Si bien no podemos considerar, en sentido estricto, la obra del dramaturgo inglés arte sacro, si podemos afirmar que la misma representa una extensión de aquél. Mientras el Renacimiento se extiende e invade la vida del siglo XVI-XVII, Shakespeare, en la culminación de su desarrollo creativo, parece ir para atrás. Sublimidad, profundidad y Misterio que alcanzará en su madurez. El tema de fondo de sus obras maduras, será medieval, en el más místico sentido.


El misticismo cristiano, se preocupaba, sobre todo, en los medios de purificar el alma de su naturaleza caída. El mundo medieval era un mundo intelectual. Es decir, todo hombre sabía que ese mundo físico era una sombra o símbolo del "otro"; el hombre como la sombra o símbolo de Dios. Esa actitud exigía ante todo la existencia de intelectuales, ya que las cosas terrenales solo pueden ser referidas a sus arquetipos espirituales mediante la facultad de la percepción intelectual, la visión que penetra a través del símbolo hasta la realidad universal que está más allá. Tomando Hamlet, veremos que esa "preocupación" medieval esta inserta y es, diríamos, el punto concéntrico y centrífugo de la obra.


En dicho arte medieval, en general es preciso distinguir entre lo que se puede denominar obras esotéricas y las exotéricas. Las primeras apuntan, más allá de la salvación, a la SANTIFICACIÓN; mientras en las segundas la SANTIFICACIÓN no será mas que el ideal remoto. Ambas encaminan al hombre a la salvación, pero la esotérica reclamaría y combatiría por el purgatorio en esta vida, alcanzando la SANTIFICACIÓN, Arduo camino. El ejemplo de obra esotérica es "La Divina Comedia".-


En Shakespeare notamos que la idea de salvación es desbordada en aspiración a la perfección humana, a la SANTIFICACIÓN. Así lo vemos en el personaje de Hamlet. Personaje complejo y multívoco. Él si integra con los demás personajes de la obra, marcnado el itinerario del alma para la mencionada SANTIFICACIÓN. Veremos.-


Hamlet tiene una revelación, la cual lo inicia en su camino. El encuentro con su padre. El espíritu le muestra a Hamlet la verdad de la Caída (pecado original) como una realidad inmediata que impregna toda su vida, y que no dejará en paz a su alma hasta la consumación. El diablo ha robado y solo la venganza aplicada a ese ladrón "pondrán las cosas en su lugar".-


Cuando se produce el esperado primer encuentro entre el espíritu (Ghost) y su Hijo, enseguida sale a la luz el mandato:


Hamlet: "speak; i am bound to hear"


Ghost: "So art thou to revenge, when thou shalt hear".


            Ese compromiso a la venganza reclamado por el padre es clave para comprender la obra. Más adelante escuchamos:


Ghost: "The serpent that did sting thy father's life


Now wears his crown" (I. v. 17-70).


Es decir Claudio el tío de Hamlet, hermano de su difunto padre. Fraticidio cometido, rememorando a Caín y Abel.-


 


Esta serpiente, tal cual en el paraíso hiciera con Adan, ha robado, ha matado, y ha prostituido a la mujer. Esta figura esta claramente en la obra. Estamos en la tradición adámica, Hamlet arrastra las consecuencias del pecado original.-


(No debemos buscar simples alegorías o pobres representaciones cristianas en Shakespeare; el tema es más profundo. El sentido externo de la obra, se puede ubicar en el marco de las "moralidades"; pero el sentido interno, más profundo, en el que nos estamos adentrando, se desarrolla en un plano místico y esotérico, cuasi-simbólico).


Para comenzar, Hamlet (personaje, príncipe de Dinamarca) es sólo un aspecto del alma humana que desnuda el autor, integrándolo, en primer lugar, con su Madre, y que lucha contra sus propias debilidades y mezquindades, es decir el pecado. Este lado oscuro lo representa Claudio, Polinio, Rosencrnatz y Guildenrstern. Así se podrá comenzar a entender el porque de la venganza. La VENGANZA es el camino para la SANTIFICACIÓN.  Esta venganza, considerada en el sentido más profundo de la obra, violenta el sentido externo, casi hasta quebrarlo. Aquí encontramos los diferentes niveles que puede ostentar el arte sacro.-


Continuamos con el encuentro...


Ghost: "Adieu, adieu, adieu! Remember me!" (al terminar el relato de su asesinato)


Hamlet: "...Remember thee,


Yea, from the table of my memory


I`ll wipe away all trival fond records,


All saws of books, all forms, all pressures past,


That youth and observation copied there;


And thy commandment all alone shall live


Within the book and volume of my brain,


Unmixed with baser matter: yes by heaven!-"  (I. v. 71-118)


 


Aquí, Hamlet comienza su "locura". La sabiduría espiritual, desde el punto de vista mundano es una especie de locura; y por ello en determinados contextos sirve la locura de símbolo de la sabiduría espiritual. En sus soliloquios no muestra signos o indicios de locura, mas en su relación con el mundo (que podríamos personificar en Ophelia), es decir externamente con los "otros", sus palabras suenan "absurdas y sin sentido". El mundo no lo entiende. Hamlet inicia un camino solitario hacia lo alto. Y sentencia que olvidará lo mundano, relegándolo a un plano inferior.


Según Martín Lings, acto seguido del encuentro relatado, Hamlet (o Shakespeare en boca del Príncipe), al dirigirse a sus acompañantes nocturnos (Horacio y Marcelo) en la guardia de esa noche, deja que el significado más profundo de la obra salga momentáneamente a la superficie. Hamlet dice:


"...And so, without more circumstance at all,


I hold it fit that we shake hands and part:


You, as your business and desire shall point you-


For every man hath business and desire,


Such as it is;- and for mine own poor part,


Look you, I'll go pray." (I. v. 119-150)


 


La oración es la principal arma para vengarse. Entonces su itinerario espiritual hacia la perfección comienza con la revelación del espíritu y su mandato: vengarse de the serpent. Su estado de éxtasis y de metanoia que experimentará, lo hace ver como un loco. Se refugia entonces, antes de comenzar, en la oración; arma imprescindible para el combatiente, El camino de la SANTIFICACIÓN comienza.


 


Volviendo al alma del protagonista, que es decir al alma de la obra: La madre, con quien se integra el fondo místico que la obra representa, sería el lado más inferior de aquella alma. Veamos la escena en que Hamlet se encuentra con su madre (III, 4).


Ham: "Now mother, what's the matter?"


Gertrudis: "Hamlet thou hast thy father much offended" (significando a Claudio, actual esposo y rey)


Ham: "mother you have my father much offended" (a su Padre, el verdadero; primer esposo de Gertudris, y Rey de Dinamarca; es decir Hamlet the first)


Hasta ese momento, la Reina había esquivado en cierta forma el encuentro con su hijo, a solas. El alma tiene miedo de su conciencia, la Reina miedo de su hijo. Pero así y todo, en este encuentro el Mal sigue presente (Polonio, servidor del rey esta escondido y al acecho. Polonio, personifica la hipocresía). Atendamos a las palabras que la Reina le dirige a su hijo: "tienes muy ofendido a tu padre", pronunciadas con descarada insolencia. Esta actitud mutará completamente con el arrepentimiento. Pero antes, Hamlet deberá matar a Polonio, deshacerse de la hipocresía. Allí, luego que Hamlet le haya "retorcido el corazón", si "...El hábito del mal no lo ha acorazado de tal modo que se halle a prueba de sentimiento!", la reina se verá conmovida a exclamar:


"O Hamlet, speak no more:


Thou turn's mine eyes into my very soul;


And there I see such black and grained spots


As will not leave their tinct"  (III. iv. 52-102)


 


Continúa la escena (III, iv.) y en ella se ve el punto más alto del drama; el sentido literal incluso se eleva a alturas casi místicas. el sentido externo, es decir la "moralidad", en este caso es como si hubiera sido elevado al nivel del sentido interno, a lo místico. Los dos niveles se funden. Expresa M. Ling, a quien seguimos en nuestras consideraciones, que "...tanto si consideramos que el Príncipe se dirige a otra persona, como a su propia alma, habla, en cualquier caso, con una exaltada penetración digna de un maestro espiritual con años de experiencia práctica en el camino místico." (v. III iv. 103-146; 147-202, especialmente donde la conmina a desprenderse de la peor parte de su corazón, de su alma: "Ham: O, throw away the worser part of it, and live the purer with the other half,...)


 


Hasta aquí llegamos en esta oportunidad, prometemos continuar con el análisis y el desarrollo del sentido profundo y mistérico que, como detrás de un velo, el Bardo inglés ha manifestado en Hamlet.


Vuelvan a la obra, léanla, aprovéchenla, sumérjanse en ella, y capten el sentido profundo y elevado. Recuerden que el simbolismo para ser captado, en referencia a sus arquetipos, requiere la percepción intelectual. Y si la aproximación a Hamlet, obra, es en su original lengua, mejor aún.-


 


Demódoco.-



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