En esta oportunidad presentaremos una nueva nota con las consideraciones de nuestro amigo el feacio.
Demodoco nos trae ahora, unos parrafos referidos al divino Hesiodo (que equiparamos concientemente al Poeta Ciego) que estamos prestos a "publicar" en esta Tostadora Moderna.
Pero antes de dejarlos con él, haremos referencia a una frase vertida en su texto; exactamente, la referencia a "an Unsre Grossen Dichter" de Hölderlin, en la cual llama a nuestra franciscana publicación digital "hosteria internauta". Nos hemos quedado "pensando". Quizas sea el subconciente que al austriaco Freud ha redescubierto en nombre de la ciencia del analisis de la psikhé y de la mar en conche o alguna otra cosa. La realidad es que no deja de llamarnos poderosamente la atención tal frase. A los lectores a quienes no les genere equivalente impresión, les informamos que durante decadas, y aún hoy, se publicó "La Hostería Volante", que fue organo de difusión del pensamiento del Doctor Carlos A. Disandro.
Notamos ahora la similutud. Por Demodoco. Los primeros momentos creimos haber plagiado al Dr. alevosamente y la desesperación intelectual estuvo por aflorar, luego, sabiendo y pensando en el origen concreto de nuestra titulación, el supermercadito patagónico de la ciudad de Puerto Sán Julián, nos tranquilizamos y comenzamos estas líneas introductorias al artículo de nuestro amigo.
Creemos ahora, finalmente, que esa frase de Demodoco no fue inspirada en el nombre de la publicación platense antes nombrada, y que tampoco lo es nuestra Tostadora. Pero si entendemos que esa "Fliying Inn" chestertoniana, hecha medio para la difusión del pensar americano, quizas, nos ha abierto la puerta y convidado con algunos quesos fuertes y picantes y por que no, con algunos vinos que enrojecen narices, y no nos hemos dado cuenta.
Sea entonces esta Tostadora Moderna, de nombre absolutamente casual y no causal, una fonda, o solo un piringundín donde se pueda convidar a nuestros visitantes, como ha hecho con nosotros, y de forma absolutamente causal y no casual, esa gran Hosteria.
Vale,
El Tostador-
"¡Feliz aquel a quien las Musas aman!" (Teog. v. 97).
Y es Hesíodo un amado por las Musas. Un elegido, un inspirado, quien ha recibido el hieré dósis. Este don, ha despertado al Poeta beocio a una vida más perfecta, a una vida humana.-
Este re-nacer es un acto de arrebato numinoso, donde el Logos (o sea las Musas como Ser-Canto, profirentes de la gloria de Zeus), inspiran al hombre para cerrar el círculo Cosmogònico-teofánico y alcanzar el orden armonioso de la creación: Zeus-Musas-aedo-comunidad justa. En el nivel más bajo y primitivo, encontramos al hombre-vientre.-
Este hombre vientre, el pastor beocio, fue despertado por las Musas quienes le "enseñaron un bello canto" (edidaxan aoide).
"pastores rústicos, oprobiosos seres, sólo estómagos, sabemos decir muchas mentiras semejantes a verdades, pero sabemos, cuando lo deseamos, cantar verdades". (teog. v. 27-29).-
Existen tres estadíos que encontramos en grado ascendente en la musicalidad del canto:
1) audé, o articulación de la voz humana.
2) aoidé, o canto propiamente dicho.-
3) hymnein, o celebración- alabanza.-
Nos cuenta Hesíodo como las Musas en el sagrado Helicón, cantan y glorifican (celebran) a Zeus y al reino olímpico, danzando y formando coros. Las musas participan al hombre de esta celebración, inspirándolo y comunicándoles su interioridad, que es la interioridad de Dios.
Aquí en este contexto aparece el término enepneusen, es decir inspiración. Es Hesíodo el primero en utilizarlo, y ya sea invención suya, reelaboración de la inspiración del menós de Homero, o continuación de una tradición arcaica anterior al Educador de Grecia (¿Órfica, tal vez?), lo fundamental es que a partir de él, se abre el pensar filosófico griego, desarrollándose sobre sus bases, hasta la consumación del mundo helénico.-
Encontramos en el famoso proemio a la teogonía, tres momentos de una misma hierofanía:
Cantan las Musas, y enseñan el bello canto a nuestro poeta. Disciernen entre la mentira y lo verdadero, entre el Poeta y el hombre vientre, y luego, otorgándole a Hesíodo el signo hierófano por antonomasia, la rama de laurel, adviene propiamente la Inspiración: "...me infundieron una voz divina, para que celebrara lo venidero y lo pasado y me incitaron a celebrar el linaje de los felices sempiternos...".-
Esta inspiración obliga al Poeta, en primer término a celebrar a Dios, Hymnein, y así participar de la gloria celeste. Marca este hymnein la elevación del hombre y configura un rasgo esencial del ser capaz de Dios, es decir el verdadero hombre.-
O sea, la inspiración es para Hesíodo un cierto vínculo permanente glorificante y cognoscitivo entre el nivel divino y el nivel humano.-
Luego, el poeta-pastor recibe la misión de sacar a los hombres de su condición de vientres e insertarlos en la dimensión del canto olímpico, por donde podríamos participar del reino de Zeus. Calíope será nuestra guía y nodriza.-
Es por ello que el Poeta debe incorporar al hymnein (gloria hímnica referida a los dioses) el Kleio (termino del cual deriva el nombre de una de las musas), o sea el nivel humano y su más alto areté; para con ello otorgarle a la existencia humana en su grado heroico la misma permanencia que connota la celebración celeste de las Musas.-
Proferir - enseñar - Inspirar.-
He aquí la misión primordial del Poeta. Recordemos la verticalidad de la línea laudante y fundante que señaláramos líneas arriba: Dios-Logos-Aedo-comunidad justa.-
Recordamos a Hölderlin y su imploración a que los Poetas nos dieran leyes y que triunfaran en tiempos vientrales. (poema traducido en esta Hosteria Internauta- ver índice).-
Es a partir de Hesíodo que la misión del Poeta Educador se eleva a las esferas celestiales y se incorpora el Logos divino, siendo el Hombre vehículo profirente del soplo divino. Hasta los legisladores en Grecia serán considerados, primero que todo como poetas (Solon, Licurgo, etc.).-
La gloria y el acto glorificante hacen resplandecer en el seno de las acciones humanas, la permanencia incambiable del ser de los dioses, es decir de Dios.-
Por ello, en el mentado Proemio, el primer Poeta-Misionero, con la hieré dósis Mousaon, "sacro don de las Musas", advienen las virtudes del reino de Zeus; la comunidad política se ordena según el principio de aquélla justicia indefectible.-
Entonces para Hesíodo, y luego para todo el mundo griego, sólo el poeta está en condiciones de inteligir, en el canto, la estructura del mundo; sólo el poeta tiene el poder de abrir o cerrar la existencia que otorga la amistad con las Musas; solo el poeta es sabio, y en su "inspirada proferición" se funda toda proferición.-
Las Musas inspiraron a Hesíodo, y él como elegido debe a su vez inspirar a los hombres. Encontramos aquí una suerte de sucesión poética, la cual tiene por misión elevar a los hombre-vientre, despertar a los pueblos, cantando la gloria Dei y de las acciones heroicas del hombre. Todo ello en la estructura armónica del hymnein; para Hesíodo la más perfecta forma de existencia humana.-
Bien lo expresa inmortalmente otro poeta germano participante de la sucesión hesiódica, Reiner María Rilke, Rümen, das ists!,
Rümen, das ists! Ein zum Rühmen Bestellter,
Ging er hervor wie das Erz aus des Steins
Schweigen, Sein Herz, o vergängliche Kelter
Eines den Menschen unendlichen Weins.
Nie versagt ihm die Stimme am Staube,
Wenn ihn das göttlich Beispiel ergreift.
Alles wird Weinberg, alles wird traube,
In seinem fühlenden Süden gereift.
Nicht in den Grüften der Könige Moder
Straft ihm die Rühmung Lügen, oder
Dass von den Göttern ein Schatten fällt.
Er ist einer der bleibenden Boten,
Der noch weit in die Türen der Toten
Schalen mit rühmlichen Früchten halt.
Cantar, si. Con la misión de cantar
Surge, como el mineral, del silencio de la piedra.
Su corazón, oh transitorio lagar,
Destila un vino que los hombres no podrán agotar nunca.
Jamás, entre el polvo, la voz le flaquea
Cuando es tocado del divino ejemplo.
Todo se hace viña, racimo todo,
Maduro en su Austro sensible.
Ni la podre de los reyes en las sepulturas
Desmentirá su canto,
Ni la sombra que los dioses ciernen.
El es uno de los eternos mensajeros
Que más allá del umbral de los muertos
Levantan la copa de gloriosos frutos.
(Traducción de Carlos Barral)
Demódoco, en la soledad del silencio.-
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